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Academia de Educación Acuática en Irapuato, Gto. | ACUATICS

Academia de Educación Acuática en Irapuato, Gto.


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Cómo aprender a nadar sin miedo

  • 03/05/2022 09:48:00 a. m.
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Hace poco nos invitaron a participar en un evento internacional llamado “Expertos Nadar Sin Miedo”. El evento más especial y útil que hayas conocido para superar el miedo al agua y aprender a nadar. 


Enseñar a nadar sin miedo es una habilidad que solo tienen los verdaderos educadores acuáticos. Esto es lo que diferencia a un entrenador de un educador.


Nosotros empezamos con una pequeña entrevista antes de la primera clase o incluso el día de la inscripción. En ésta, preguntamos si tienen miedo, y si la respuesta es sí, abordamos la razón de ese miedo con preguntas dirigidas exactamente a lo que queremos saber. 


Podemos catalogar el miedo en dos niveles:


a) Miedo a lo que no conozco, porque nunca he estado dentro de una alberca.


b) Miedo/fobia o acuafobia, éste es un miedo que te paraliza, que con solo ver una alberca o pensar en tomar clases de natación, te late más fuerte el corazón y te sudan las manos, incluso te pueden dar nauseas.


Para detectar qué tipo de miedo tiene el alumno, debemos hacer las preguntas enfocadas y correctas:


¿Ha entrado a alguna alberca, río, mar? 


Si la respuesta es no, continuamos: 


¿Alguna vez tuviste un accidente en el agua? ¿Tuviste la sensación de estarte ahogando? ¿Viste ahogarse a alguien?


Y en base a sus respuestas sabemos si es miedo o acuafobia. 


El miedo se debe verbalizar, y al miedo no lo podemos negar. El hecho de decirle a alguien “No tengas miedo” es una negación que, además de ser cero empática, cae muy mal.


A continuación te decimos todo lo que hacemos cuando es miedo. Miedo a lo que no conoces, miedo a la sensación de estar rodeado por un medio que no es el tuyo.


El agua te empuja hacia arriba, te acaricia, te rodea. Esa sensación no se aprende en teoría, ni con pláticas, solo se puede “sentir”, así que lo primero que hacemos es pedirle que se meta a la alberca y preguntarle cómo se siente. 


Enseguida le pedimos que camine en la alberca, que camine como pueda, que mueva las manos dentro del agua. Y con cada movimiento nuevo, le preguntamos: ¿Cómo te sientes? Es muy importante que el alumno contacte con lo que siente, que lo acepte y lo comunique. Esa es la clave de nuestro método para enseñar a nadar sin miedo.


Después le pedimos que, si puede, meta la cara al agua, pero sigue estando en posición vertical, es decir, pisando el fondo de la alberca. Solo mete la cara al agua, luego hace burbujas con la boca. 


Si lo logra, le pedimos que camine y haga burbujas. Solo después de dominar los diferentes caminados le pedimos que, tomado del tubo de la orilla, busque tomar una posición horizontal y meta la cara. Todo esto con la presencia y atención personal del educador acuático especializado en miedo. 


A partir de este momento podemos enseñar a nadar a una persona que tenía miedo. Porque no se puede enseñar a nadar con miedo. El miedo no permite aprender a nadar.



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