Cuando tienes hambre y quieres que tu cuerpo reciba comida que de verdad te nutra, optas por comida de valor: atún, jugo de verduras, yogur descremado, cecina, aguacate. Esto satisface tu hambre, da proteína a tus músculos y te llena de energía.
También ocurre un fenómeno extrañamente similar durante el entrenamiento de natación: tienes hambre de mejorar tu natación pero tienes un presupuesto limitado de tiempo y conocimiento para gastar en ella. Es una triste realidad, pero la mayoría de los triatletas simplemente no tienen el tiempo o el dinero para invertir en un buen entrenador de natación para observar y corregir su estilo.
A veces, lo más cercano a un entrenador disponible es un esposo o esposa, compañero de entrenamiento o compañero de carril que pueda compartir un consejo durante la práctica.
Los atletas que entrenan solos pueden mirar a los nadadores más rápidos e intentar imitar sus movimientos suaves, o como último recurso, uno puede utilizar consejos de natación de un nadador de clase mundial en una revista de triatlón.
A continuación te presentamos algunas recomendaciones de la revista Triathlete de EEUU.
El desafío para el nadador no entrenado es que hay muchos matices del estilo libre para copiar y tantos consejos para mejorar la técnica para elegir que encontrar los aspectos más importantes puede parecer desalentador. ¿En qué facetas deberías trabajar primero? ¿Qué consejos resultarán en la mayor mejora?
Estos son algunos de los aspectos más importantes del estilo libre en los que puedes enfocarte:
• No aguantes la respiración. Una exhalación constante y rítmica por la nariz y boca es lo ideal y evitará la acumulación de dióxido de carbono que te hace sentir sin aliento. La inhalación cada tres brazadas es un buen patrón de respiración, porque respirarás hacia ambos lados de tu cuerpo. Esto además te ayuda a ver lo que pasa en los dos lados.
• ¡Relájate, relájate, relájate! Este consejo parece tan simple… ¡hasta que comiences a nadar! Parece que los mejores nadadores del mundo se deslizan por la superficie del agua. ¿Crees que una bailarina está haciendo esfuerzo? ¡No, verdad! Pues eso es lo importante, que parezca que no lo hace aunque lo esté haciendo. Así los nadadores, debe parecer que no hay esfuerzo en tus movimientos. No puedes luchar contra el agua, ella siempre va a ganar. En cambio, relaja todo tu cuerpo en el agua y canaliza tu poder exclusivamente para mover tu cuerpo hacia adelante. Practica el simple arte de flotar boca abajo en el agua y luego poco a poco mueve tus brazos y tus piernas.
• Alinea tu columna vertebral. En tierra firme, párate alto y mira hacia adelante. Observa cómo tu cuello está alineado con tu columna vertebral y tu cara apunta hacia adelante. Ahora toma esa posición en el agua. La línea de flotación debe cortar el centro de la parte superior de tu cabeza y la cara debe apuntar hacia la parte inferior de la alberca.
• Recuerda deslizarte. La natación difiere de la carrera o de la bici en que estas dos últimas son continuas, mientras que en la natación cada brazada está separada por unos instantes de “deslizamiento” o “no movimiento”. Cuando tu brazo ingrese al agua sobre tu cabeza, deja que permanezca completamente extendido por unos momentos antes de comenzar la fase del jalón.
• Rotar, pero no rotar en exceso. La rotación del cuerpo es una forma de arte. Aquellos que lo entienden perfectamente son hermosos, ya que sus cuerpos cortan el agua como un cuchillo. El secreto es que no giran en exceso. Si el fondo de la piscina está a los 0 grados y el lado de la piscina está a los 90 grados, tu torso nunca debe superar los 45 grados a cada lado. Recuerda, tu cabeza y piernas no giran con tu torso y caderas.
• Nunca cruces la línea central prohibida. Bajo ninguna circunstancia ninguno de los brazos debe cruzar la línea central de tu cuerpo. El punto de entrada del brazo es exactamente en tu hombro. Deja caer tu brazo en el agua directamente frente a tu hombro. Extiende tu brazo durante el jalón, bárrelo hacia atrás y ligeramente hacia adentro (simulando que dibujas una “S” al revés) y termina el movimiento con tu mano cerca de tu muslo. Los dedos de tus manos están apuntando hacia el fondo de la alberca.
• Patea desde tus caderas. Relaja tus rodillas. Apunta tus dedos de los pies. Piensa en golpear la parte superior de tus pies en la superficie del agua, tus pies deberían estar haciendo un pequeño chapoteo. Si te sientes cansado y adolorido en los músculos flexores de la cadera, ¡lo estás haciendo bien!
Fuente: Sara McLarty, Revista Triathlete