Dentro de toda la gama de oferta que existe en el entorno de estimulación temprana para bebés, la acuática es la más eficiente, especialmente durante la edad de los 0 a los 3 años. 

Las razones son las siguientes:

• El bebé estuvo 9 meses dentro del agua en el vientre materno. Es “su medio”, el medio que conoce más. En ese medio creció, se movió, se alimentó, sintió el amor de mamá, y escuchó toda clase de sonidos. Sus movimientos están adaptados a ese medio. Nadie se lo enseñó, él lo sabe desde que se creó.

• El medio acuático (siempre que el agua sea calientita y limpia) es un medio seguro, si se está en los amorosos brazos de mamá o de papá. Ahí es muy difícil (casi imposible) que el bebé se golpee, sufra arañazos, caídas o raspones. Aunque se mueva mucho, no se lastima.

• La estimulación acuática, acompañado de uno de los padres, da a el bebé no solo una ventaja física, sino también una ventaja emocional, porque el agua es el medio que está entre el hijo y la madre, así como lo estaba durante el embarazo. Ese recuerdo emocional hace que el niño aproveche más esta estimulación.

• En la alberca no hay teléfonos, no hay distracciones de ningún tipo para la mamá o el papá, así que el tiempo es realmente para el bebé. Cosa que afuera, no se puede asegurar.

• El bebé aprende al ir acomodando en su experiencia todo tipo de estimulaciones tanto auditivas, visuales, pero principalmente táctiles. El órgano de los sentidos mas grande es el del tacto, y en el agua se estimula muchísimo tiempo al bebé por este sentido. El agua toca al bebé por todos lados, durante toda la sesión de estimulación.

Así que ya lo sabes, cuando se trata de darle a tu bebé la estimulación temprana más adecuada para él o ella, te recomendamos la estimulación acuática.