La natación es una actividad física que como cualquier otra depende de distintos factores para poder realizarse. 

Te invitamos a conocer cuáles son a continuación:

1. Del grado de flotación. Si tienes un cuerpo con más grasa, flotas mejor (las mujeres suelen flotar mejor que los hombres). También depende de qué tanto aire tengas en tus pulmones, porque esos actúan como “flotadores”, lo que hace que todos tengamos flotadores incluidos.

2. De la eficacia de tu propulsión. Es decir, de qué tan bien muevas tus “remos”, y esos son tus brazos y tus piernas, pero más tus piernas.

3. De la resistencia que ofrezcas tú al agua. Mientras tengas una posición más “hidrodinámica”, mejor es tu deslizamiento por el agua, y nadarás mejor. Si tu cuerpo pudiera tomar la forma lo más parecida a la de un pez, sería ideal, porque esos tienen la forma idónea para nadar.

4. De la potencia de tu motor. Tu motor son tus brazos y tus piernas, si los mueves más fuerte, te propulsas  mejor, y eso tiene que ver mucho con tu fuerza.

5. Y por supuesto… de la persona misma. El que puedas nadar depende de la motivación que tengas, y de tus ganas de aprender.  Mientras más motivada una persona, más aprende, porque pone todo el empeño en hacerlo.

Es por ello que es esencial que el lugar en donde pretendas nadar sea un lugar adecuado, bonito, con agua templada, con personal amable, con educadores pacientes y con experiencia. Todo esto para evitar malos momentos que puedan extinguir tu motivación. 

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