Los seres humanos somos seres terrestres, a diario nos movemos en el medio seco, y aunque no entrenemos caminata o carrera, cuando hay que caminar o correr lo hacemos sin problema.
¿Qué pasa en el agua?
La educación acuática implica educar a nuestro cuerpo (su respiración, brazos, piernas) a movimientos que normalmente no hacemos, ya que no somos seres acuáticos. Y puede ser aprendida de manera correcta. Pero, ¿qué pasa cuando lo hacemos por un tiempo, lo aprendemos, y luego, lo dejamos de hacer? Dejamos de entrar en el agua, y de movernos como lo habíamos aprendido.
Muy sencillo: Al cuerpo se le “olvida” ese movimiento, se le olvida nadar.
Y si no se le olvida al 100% , sí se le olvidan ciertas habilidades aprendidas.
Mucha gente viene a ACUATICS, aprende habilidades acuáticas, y se siente satisfecho. Entonces se ausenta, deja de venir, y más o menos un año después regresa y se da cuenta que se le olvidaron esas habilidades. Y es que el cuerpo no las practicó, no se movió en agua, ni respiró en agua durante ese tiempo de ausencia.
Nuestro cuerpo no tiene muy buena memoria en cuanto a las habilidades acuáticas, a menos de que estén ya muy establecidas en la psique, muy bien aprendidas. Y este aprendizaje se da después de aproximadamente 1 año de práctica continua.
Es por ello que la constancia en la educación acuática es muy importante.
Cuando ya hemos aprendido bien, entonces sí podemos dejar esta actividad y pasar a practicar otra. Pero sólo hasta que haya ocurrido ese aprendizaje completo.
¿Y cómo sé que está completo?
En un adulto puede ser después de 3 meses de práctica diaria. En un niño después de 12 meses de práctica dos veces por semana.