Hace poco tuvimos la oportunidad de ayudar a pararse en una alberca (de 1 metro de profundidad) a un joven de aproximadamente 30 años. 

Estaba divirtiéndose con sus amigos en el agua, y de pronto “perdió piso”, es decir, sus pies se separaron del piso de la alberca, su cabeza se fue hacia adelante y con la cara dentro, no sabía qué hacer y literalmente se estaba ahogando. 

Esto es algo que sucede muy frecuentemente con las personas que no saben nadar y que se meten a jugar a una piscina. Perder piso es frecuente, y volverlo a tomar solo es posible si haz aprendido cómo se hace. 

Esto se aprende cuando estás familiarizado con el medio acuático. 

La primera habilidad que se desarrolla para aprender a nadar y durante la familiarización con el medio acuático es la de “reincorporarse” a la posición vertical. Esta posición es para nosotros los humanos una posición segura, y más si nuestra cabeza est+a fuera del agua.

¿Qué pasa cuando una persona que no sabe nadar queda flotando boca abajo, su cara dentro del agua, sus pies están a nivel de su cara, es decir, su posición es horizontal y desea volver a poner sus pies en el fondo del agua? ¿Tú lo sabes hacer? ¿Eres capaz de describir los movimientos que hay que hacer para lograrlo?  

Esto implica todo un entramado psicomotriz. Una serie de neuronas motrices se tienen que conectar para lograrlo. Y como no es un movimiento que se haga fuera del agua, es algo que, cuando se ha aprendido, no se olvida, aunque no se practique.

Imagina el escenario: Está una persona de 1.60 metros de altura flotando boca abajo en el agua, la piscina mide 1 metro de profundidad, es decir, esa persona alcanza perfectamente a estar parado si lo logra. 

Para poder poner pie en el fondo tiene que ocurrir los siguientes movimientos: 

• Sus brazos deben de moverse de atrás hacia adelante, haciendo una especie de semicírculo con las manos, para empujar agua de atrás hacia adelante.

• Al mismo tiempo, las rodillas deben flexionarse hacia la cintura, la cadera se dobla hacia adelante y luego los pies tocan el piso, y la cabeza sale del agua.

Es todo un entramado psicomotriz, muchos movimientos, y además tomando en cuenta que el medio en el que se está moviendo el cuerpo no es el medio al que está acostumbrado.

Esto es lo que nosotros en Acuatics enseñamos a niños y adultos cuando vienen a aprender a nadar. ¡Y realmente es una habilidad fabulosa!