Un niño entre 4 y 15 años tiene toda la capacidad física y psicológica para aprender a nadar en un curso intensivo de cinco semanas, siempre y cuando éste esté impartido por profesionales de la educación acuática, estén dadas las condiciones de temperatura e higiene de la alberca, y el niño asista a todas sus sesiones acuáticas.
Cinco semanas son suficientes para que el niño aprenda a:
· Familiarizarse con el medio acuático, que no le dé miedo, y que incluso le agrade.
· Entrar y salir solo de una piscina, sin necesidad de escaleras.
· Tomarse de la orilla o de un tubo en la periferia y mantenerse ahí esperando a ser instruido, sin tener tensión muscular ni angustia.
· Hacer “bucitos”, es decir, tomar aire afuera del agua, y meter la cabeza y soltar el aire dentro del agua.
· Flotar en forma ventral.
· Flotar en forma dorsal.
· Deslizarse por el agua en forma horizontal haciendo flecha.
· Deslizarse con algún material en sus manos, haciendo patada, con su cara hacia abajo, y sacarla para respirar.
· Nadar un estilo parecido al crol o al dorso en una distancia mínima de 4 metros, aunque puede lograr los 8 metros según la edad.
· Disfrutar jugar en el agua.
· Venir al Curso de Verano muy feliz y porque lo desea.
Todo esto es mucho, y más si pensamos que solo lo va a lograr en cinco semanas, pero un buen educador o una buena educadora lo pueden lograr con un alumno o alumna sano y constante.
Si eres padre o madre de familia, y vas a tener a tus hijos en un Curso de Verano de natación, esto es lo que debes exigir.