Este programa adapta el yoga en el ambiente acuático. Mejora la flexibilidad, fuerza y balance, mientras la respiración se controla y se logra calmar la mente. Esta actividad puede hacerse solo en albercas con temperaturas arriba de 30ºC. 

El agua contribuye al confort y provee de resistencia al movimiento en todas direcciones. Experimentar un estilo fluido se combina con contracciones estáticas, interponiendo el estiramiento estático solo después de que el cuerpo esté tibio.  

Se mueve la parte alta del cuerpo, mientras se estira la parte baja. Y se estira la parte alta del cuerpo mientras se mueve la parte baja. Esto es posible en la parte poco profunda de la alberca, y apoyados en una pared o en una barra fija.

Las cualidades del agua que ayudan a que esta actividad sea ideal son:

1) Flotación

El cuerpo sumergido o inmerso hasta la altura del pecho, peso aproximadamente solo el 25% de su peso fuera del agua y la compresión sobre las rodillas y caderas es mínima. Es por ello que este yoga acuático se hace mejor a esta profundidad de la alberca, pues da mayor confort, estabilidad, y tonificación muscular.  Es ideal usar zapatos de agua para mayor apoyo de los pies, tanto en piso como en pared. 

2) Resistencia

Las cualidades multidireccionales del agua le suman un reto al movimiento y al mismo tiempo le da apoyo y confort al cuerpo. Debido al incremento de la resistencia los movimientos son más lentos y para el yoga eso es ideal.

3) Efecto de enfriamiento

Cuando se ejercita en el agua, el cuerpo es capaz de eliminar más el exceso de sudor que en tierra. Esto debido a que el agua enfría el cuerpo (el agua normalmente estará a unos 32ºC como mucho y el cuerpo llega a estar a 37ºC) . Si el agua está más fría que el cuerpo hay que iniciar con un buen calentamiento. Alternar movimientos activos con movimientos lentos en el estiramiento funciona bien en albercas con temperaturas de 30 a 32ºC.