Este año, como en muchos otros, Acuatics ofrece su curso intensivo de verano.
Este curso consta de 25 clases de lunes a viernes (5 semanas) en donde hemos comprobado por más de 29 años que es un curso muy eficiente para enseñar a nadar.
Hay escuelas o clubes que ofrecen un “curso de verano”, el cual promociona que hay natación dentro de sus actividades diarias. Estos cursos de verano tienen un horario de toda la mañana de lunes a viernes y, en efecto, entre otras actividades ofrecen el que los niños entren a una piscina y alguien, casi siempre un joven entusiasta, intenta mantener a esos niños en actividad dentro del agua durante 45 a 60 minutos.
Esto no es enseñar a nadar, esto es remojarse y jugar en el agua.
La enseñanza de la natación infantil implica no solo una alberca, se requiere un profesional de la enseñanza acuática que tenga además un programa educativo avalado y comprobado.
Dentro del programa hay una miscelánea de actividades especialmente indicadas para el nivel en el que se encuentra el niño. Porque además, durante las primeras clases de un curso profesional, el niño es evaluado para localizarlo en un nivel de nado y de ahí partir para que la enseñanza sea eficaz y motivadora para el alumno.
Un curso de verano donde el niño se mete a remojar a una alberca mientras se le ponen algunas actividades divertidas (o no), es solo eso, un “remojo”, y eso es algo muy lejano a aprender a nadar. Pero con un riesgo, si ese joven entusiasta no tiene experiencia o si el grupo es muy numeroso, en lugar de llevarse una experiencia positiva se llevará un buen susto o algo más difícil de superar.
Conozco a un maestro de un club que en una ocasión me dijo: “Yo, en el curso de verano del club, no voy a enseñar niños, voy a cuidar niños y a contar niños porque toda la hora me la paso contando a los niños para ver que no me falte ni uno, y es que tengo 25 niños en un grupo y la alberca tiene una profundidad mayor de 1.5 metros”.
Te recomendamos que si vas a invertir un tiempo muy valioso de la vida de tu hijo, date la oportunidad de, al menos una vez, llevarlo a un curso de verano de natación en una academia profesional. Y no lo lleves a “remojar” a cualquier curso.