En el agua, estamos de igual a igual. ¿Cómo?
Pues mira, lo que pasa es que cuando un adulto se mete en una alberca con un niño, el adulto está parado y tiene al niño entre sus brazos, las cabezas están a la misma altura. Las miradas están una con otra. Eso hace que estén a la misma altura. Esto es muy beneficioso para la educación porque el niño y el adulto están de igual a igual.
El adulto puede que sepa más, puede que tenga más experiencia en esto de enseñar a nadar, sin embargo el niño tiene más inocencia, tiene más entusiasmo, tiene mas alegría.
Cada uno pone lo que tiene más y entonces se “intercambian” los dones que cada uno tiene.
Si tu ves a un educador caminar en la alberca con un niño o niña pequeño en brazos, lo verás mirando su carita, lo verás sonreírle, lo verás notando si tiene miedo o está angustiado.
El niño, por otro lado, ve en el educador su paciencia, su entrega, su falta de prisa, su “dejar que el niño lo haga a su tiempo”.
Si el niño ve eso en el educador acuático (adulto) el niño se deja llevar en sus brazos de manera confiada y dedica su ser a aprender, sin siquiera darse cuenta. Porque entonces sus “conciencias” entran en concordancia, se encuentran y se hace un intercambio donde uno da lo que tiene y el otro recibe. ¡Es una maravilla poder observar esto!
El aprendizaje se da cuando un ser da y el otro recibe, pero al mismo tiempo el que dio recibe y el que recibió da. Es un intercambio. Nadie es más que otro. Nadie da más que otro. Todos salimos ganando.
Al final de una sesión acuática, todos salen felices, todos han ganado. Y los que observamos llevamos el corazón lleno de haber presenciado este intercambio. Pero todo ello se puede dar si los adultos deciden hacer esto por amor a lo que hacen.
Este es un proceso educativo basado en el amor. Si todos los procesos educativos estuvieran basados en el amor, en el hacer sentir al niño que es un igual, solo que más pequeño, la educación fluiría fácilmente. Los educadores estarían felices de diario haber dado lo mejor de sí mismos y los resultados serían mucho mejores de lo que son. ¿No lo crees?