En Acuatics la
salud y el
bienestar de nuestros clientes es nuestra principal
prioridad.
Es por eso que nos enorgullece presentar a continuación tres
testimonios de personas cuyo paso por Acuatics ha tenido un impacto positivo en sus vidas y la de sus familias.
Te invitamos a conocerlos.
Vania tiene 2 años y entró a nadar en el mes de abril. Después de la pandemia y de un año muy difícil
decidí retomar las clases.
Fue muy complicado para ella pues más de un año sin hacer nada le costaría adaptarse. Llegábamos a la clase y desde la puerta ella ya estaba llorando,
no quería meterse al agua (a pesar de estar yo con ella) y toda la clase lloraba.
Trataba de darle juguetes, jugar con sus compañeritos, reírme con ella, pero no me soltaba ¡y no paraba de llorar!
Las primeras 2 semanas fueron muy difíciles no solo para ella, quise darme por vencida y no ir más, pero sabía que
necesitaba tiempo y paciencia para que ella lograra adaptarse nuevamente y reconociera su rutina.
Hoy después de 2 meses Vania
llega feliz a sus clases de Acua-Matro®. Le ha servido muchísimo para su estimulación y cada día es un
nuevo avance para ir aprendiendo más. ¡Lo recomiendo ampliamente!
María Isabel Vazquez Solorzano
Programa de Acua-Matro®
Hola, me llamo Hugo Clemente, soy abogado y tengo 53 años.
A lo largo de mi vida me he impuesto varios
retos y por lo general los he cumplido: me gradué con mención honorífica en la UNAM, he escalado en roca y practicado espeleología, pero no me había dado cuenta que en el fondo de todos ellos, yacía la intención oculta de superar mi trauma infantil al agua y de
nunca haber aprendido a nadar. Había tenido sueños inclusive en los que me veía nadando con gran gusto, sin temor y relajado, pero al despertar me ubicaba en mi realidad y volvía a convencerme que eso no sucedería.
Por esa razón, cuando un día por azar pasaba por ACUATICS, decidí
inscribir a mi hija de entonces 4 años, pues sabía que yo jamás podría enseñarla. Ahora han pasado 10 años y ella es una
gran nadadora y no hemos dejado de acudir casi a ninguna clase, pues a ella le fascina y dejó de ser una niña enfermiza para convertirse en una
buena y saludable deportista.
Lo que resulta increíble es que cuando ya había abandonado mi idea de
aprender a nadar, inesperadamente recibí la oferta en el propio ACUATICS de tomar clases en el mismo horario de mi pequeña. Ya no tenía
ningún pretexto, era hora de tomar una decisión, si no lo hacía, sería como sellar mi fracaso, pues ya antes lo había intentado todo: instituciones privadas, públicas y los propios familiares y amigos, sin obtener resultado alguno.
En un principio lo dudé, pues siempre es un poco penoso para un adulto compartir clases con menores que lo superan casi en todo, pero al igual que para una persona de la tercera edad, es motivo de orgullo culminar su primaria o aprender a leer, consideré que era más penoso no intentarlo, así que acepté.
En escasos 4 meses de acudir, mi maestro ha sido tan eficaz que logró
quitarme el miedo al agua, como primer paso, algo que nunca pude lograr en 53 años, ¡y eso que solo acudo una vez a la semana! La verdad me resulta increíble.
Además, percibo un
ambiente relajado y acrítico, que fomenta mi deseo de no cesar hasta lograrlo y por primera vez siento que estoy en plena posibilidad de conseguirlo. Cada clase es un
aprendizaje novedoso y positivo al grado que, si por cuestiones de trabajo u otros menesteres tengo que faltar, me duele como si fuese a retroceder por ese solo hecho.
Espero que este testimonio sirva para
motivar a quienes tengan esas mismas fobias y advertir que aún y cuando el trauma sea muy fuerte, existen personas capacitadas para guiarnos hacia su superación. Yo me encuentro en ese camino y para mí es más que suficiente llegar al punto en el que me encuentro, pero seguro que
continuaré hasta donde tope, como rezaba una leyenda en la entrada de ACUATICS: "No importa qué tan grande seas, lo importante es hasta donde quieres llegar", creo que comulgo con esa filosofía.
Mi reconocimiento a mi profesor. Gracias.
Hugo Clemente
Programa de Adultos
Mi nombre es Silvia Morales, tengo 58 años, y doy gracias a la escuela de natación ACUATICS primeramente por darme la oportunidad de formar parte de esta gran institución, y agradecer a la maestra Rosario por su
paciencia, entrega y profesionalismo que me ha brindado en este curso intensivo.
Estoy muy satisfecha porque en este tiempo aprendí primero a
quitarme el miedo al agua, a respirar en el agua, flotar, así como las diversas técnicas y estilos de natación.
Yo de todo corazón
recomiendo grandemente a esta escuela porque los resultados son garantizados, sus instalaciones
muy limpias cumpliendo con todos los
protocolos de sanidad recomendados por la Secretaría de Salud, y sobre todo, por la gran calidad humana y profesionalismo de sus maestros y maestras.
También lo que me da muchísimo gusto es que en sus diversas estrategias de enseñanza utilizan una
variedad de materiales que facilitan el aprendizaje.
Gracias por su calidad humana, su
entrega y dedicación al aprendizaje de quienes deseamos aprender a nadar, que Dios los Bendiga.
Silvia Morales Echeveste
Programa de Los Cincuentas en El Agua®