El Trastorno del Déficit de la Atención e Hiperactividad (TDAH) es el trastorno crónico caracterizado por la dificultad de prestar atención, la hiperactividad y lo impulsividad.
Hemos tenido durante nuestros 26 años de funcionamiento varios niños diagnosticados con este trastorno, que han venido por prescripción médica, y hemos visto con mucho gusto que ellos dentro de las clases de natación no se notan como niños diferentes. La primera razón es que dentro del agua están felices, les interesa mucho lo que están aprendiendo y su déficit es poco o nada notorio.
Además, la ventaja es que los grupos son reducidos (máximo 8 niños) y por ello es muy fácil atenderlos de manera personalizada y saber de su trastorno poniendo especial cuidado en esto.
Pero lo mejor de todo es que el agua proporciona al niño un medio donde tiende a conectar el hemisferio derecho e izquierdo, conecta neuronas especiales del hipocampo, es más, crea nuevas neuronas en el cerebro que hacen que la atención crezca. Un niño con TDAH dentro del agua presta más atención a lo que se le dice.
El factor diversión tiene mucho que ver, porque lo que me divierte me interesa y a lo que me interesa le presto más atención.
Por ello, los niños con TDAH en el agua hacen las cosas muy bien y siguen reglas. Si bien es cierto que algunos de ellos son muy inquietos, esto no impide que aprendan, no impide que se relacionen con sus otros compañeros, no impide que sean felices, que es finalmente el objetivo que todos los padres buscamos para nuestros hijos.
Si conoces a alguien con un trastorno de déficit de la atención o hiperactividad, o bien, a un niño muy activo que le es difícil concentrarse en otras actividades, dile que pruebe la natación, no se va a arrepentir.