Ahora que está de moda el “trabajo desde casa”, la educación en línea, las entrevistas por Zoom, las citas por medio de una página de internet, el que dos novios se comuniquen vía WhatsApp aunque estén uno frente a otro… nos preguntamos: ¿Y el contacto entre personas, es un factor importante en la experiencia educativa? Y nuestra respuesta es SÍ, definitivamente lo es. 

No hay más que ver la diferencia en la atención de un niño a una computadora (que además no dura más de una hora) y la atención que un niño puede mantener en un salón de clases, la motivación de un joven por asistir a una escuela secundaria o prepa y lo aburrido que se les ve frente a una pantalla. 

Hay incluso jóvenes que conocemos que en un año escolar vieron a sus compañeros en forma presencial, ¡el día de su graduación! Porque una gran parte del proceso educativo se da por el contacto humano, y por el contacto con el medio.

Y qué decir de las clases de educación física en línea. Intentábamos imaginar a los educadores físicos tratando de motivar a los niños a botar un balón, a correr, a saltar, y  lo percibimos como un trabajo titánico. 

Y así fue. 

Porque las actividades físicas, como ninguna otra, tienen que darse con movimiento, con “actividad” , con gasto de energía, con secreción de endorfinas, y con el contacto directo con el medio ambiente en el que se desarrolla esa actividad.

Es por ello que no podemos enseñar a nadar por via “virtual”, por más que queramos, eso es imposible. 

Tal vez pudimos dar algunos tips, pudimos pedirles que movieran las piernas acostados en una cama, o movieran los brazos tirados en el suelo. Pero, de eso a aprender a nadar, ¡nada! 

La inmersión en el agua, el sentir su temperatura, la sensación de que el “agua te carga”, la relajación que te da la flotación, eso no se puede transmitir por vía virtual, ni por ninguna otra vía que no sea la experiencia. 

El que una persona te mire a los ojos y te transmita seguridad para estar en el agua no lo podemos hacer a través de una cámara o una pantalla. 

Alguna vez alguien nos preguntó: ¿y si no puedo venir a clases, me pueden enviar un video y así aprendo a nadar? La respuesta es un rotundo NO. Nadie puede aprender a nadar de ninguna forma más que metiéndose al agua, sintiéndola, sintiendo su cuerpo acariciado por el agua, sintiendo la ingravidez. 

Y caminar en ella, y sumergirse en ella. Son experiencias que solo pueden ser vividas, no pueden ser transmitidas. 

Es por ello que la natación solo se puede aprender por vía presencial. Y los que participamos en esta maravillosa educación, nos encanta volver a tener la oportunidad de estar dentro del agua con nuestros alumnos y alumnas.  ¡Vivan las clases presenciales!