¿Te sientes encerrado, desesperado, y poco motivado? ¿El aislamiento te ha hecho sentir triste varias veces? Qué mejor que nadar para recuperar nuestro ánimo, nuestras fuerzas y nuestra alegría.

Si eres un adulto mayor de 50 años y deseas hacer una actividad física, te proponemos que escojas la natación. A continuación te explicamos por qué.

Los niños que padecen asma normalmente no pueden realizar actividad física en exteriores, ni en donde hace mucho frío, es seco o hay tierra o polvo. Sin embargo, el practicar natación en una alberca techada y climatizada es benéfico para las personas asmáticas.

El Trastorno del Déficit de la Atención e Hiperactividad (TDAH) es caracterizado por la dificultad de prestar atención, la hiperactividad y lo impulsividad. La natación puede ayudar a niños con este trastorno.

La natación produce beneficios en los neurotransmisores que influyen en el estado de ánimo, la memoria, las capacidades cognitivas y la coordinación.

El agua presenta situaciones y estímulos que no presenta la vida en la tierra. Un ser humano que se adapta a estas situaciones es un ser humano más “adaptable”, y su cerebro estará más desarrollado.

En la antigüedad, la mayoría de los hombres de negocios vivían en la costa y viajaban en barcos. Todos sabían nadar. En el tiempo actual, la natación es también una muestra de educación.

Nadar te da ventajas sociales, ventajas físicas, y mejora tu calidad de vida. La mejor medida preventiva que se puede tomar para disfrutar de la vida es mantener una buena salud.

Dentro de toda la gama de oferta que existe en el entorno de estimulación temprana para bebés, la acuática es la más eficiente, especialmente durante la edad de los 0 a los 3 años. 

Cuando las personas mayores se deciden a practicar actividad física en el agua, aparecen en la piscina con todos sus deseos, limitaciones y miedos, y a la vez con una gran ilusión.